(Hija tu nombre es ya un poema)
Dulce
María
uno
no nace una sola vez,
uno
no tiene un solo bautismo.
Cada
mañana es un nuevo parto.
Los
ojos cuando se abren
vuelven
a tragar la luz infinita.
Ese
espíritu luminoso
que
juguetea fuera de ti cuando duermes.
Tu
pie sereno de niña, canción dulce.
Niña
que zapatea en los charcos.
Niña
que persigue las libélulas.
Tu
mano pequeña
es
una avecilla acurrucada
en
el refugio de mi puño
de
nido abierto.
1,
2, 3;
a,
b, c;
Amarillo,
azul y rojo.
Hija
tu nombre es ya un poema
y
tu sonrisa un milagro florecido.
Hugo Oquendo-Torres
Poética de lo
simple
23 de Agosto 2013