domingo, diciembre 22, 2013

Canto al cuerpo nocturno


Cuando siento la música,

entro adentro de ella”.
-Ponto de Equilibrio-

La paz de mí mismo,
la paz de mi cuerpo no tiene quantum.
Me he tardado años para descubrir algo simple.
En lo profundo, en lo bello,
en lo trascedente de la nada.
En lo estéticamente eterno de lo simple.
Esa serenidad longeva del tiempo
que se mece cual bambú.
Pacífica espera de la roca sumergida en el arroyo.
Dejarse adormecer por el canto flexible de las aves.
Dejarse caer en la mano oscura del silencio
para abrazar la soledad cansada.
Dejar penetrar el cuerpo por la levedad de la brisa prístina
para abrir los ojos ante la montaña muda.
El cuerpo en silencio percibe los pasos lentos de los árboles
que meditan en la noche bosque.
Lenguas de fuego, semillas de trigo
que nutren la llama de mi aliento.
Con voz pausada se adhiere a mi piel la noche,
una luciérnaga me anuncia la paz.



Hugo Oquendo-Torres
Poética de lo simple
24 de Octubre 2013