miércoles, mayo 01, 2013

La mala-hora.


I
Tengo mi corazón armado,
desasegurado está el fusil,
puesta en tu frente la boquilla, olvido.
No será un suicidio ni mucho menos un crimen.
Sólo se tratará de mi emancipación, adiós a ti.
Bienvenida soledad.

II
Mi poesía habla de vos,
puesto que ella es la piel que me arropa,
pero ahora calla porque mi cuerpo muda.
Ya el coraje será su armadura,
ni un recuerdo de ti lo lastimará.
Tú sólo eres ceniza fría que el viento se ha llevado en sus crines.
Caballo que deja en el horizonte las huellas de su mala hora.

III
La mala pasada centellea en los dados sobre la mesa,
dos y uno.
El ambiente se invade con la modorra que produce el café.
Me recuesto en la hoja blanca de la tarde
para que paran los sueños sus nubarrones dormidos.
Pasa el olvido de la mala hora.
Ya en el aire el olor a pólvora todo lo ha tocado con su mano de niña pez.



Hugo Oquendo-Torres
Sombra de un verano
19 de Abril, 2013