jueves, abril 11, 2013

Mi cuerpo


Mi cuerpo.
Tú, tu cuerpo.
Ese ser mudo que piensa con la piel y conoce la historia desde sus entrañas.
Todo el universo resumido en tu vagina, en mi pene.
Toda tu piel difuminada como óleo fresco sobre el lienzo del mercado.
Todo el dolor amontonado en tu vientre.
Ese orgasmo reprimido de los dioses.
Ese placer errático oculto abajo del océano de las estrellas.
En su territorio ha sido consumida la esclavitud de los soles en verano.
La moral lame sus caderas y se amamanta de sus senos magullados, ruñendo su sonrisa
de maíz.
Mi cuerpo, tu cuerpo.
Odio, amor y locura.
Sensatez, frugalidad y desenfreno.
Hiel y vino.
Caminata desnuda en las orillas de los versos.
Conciencia y deseo.
Lenguaje del fuego.
Yo.
Tú,
Ella,
Él.
Ello.
Todas y todos paradojas de la vida.

Cuerpo, proyección foránea de mi ego.
Cuerpo femenino, víctima de la fragmentación monetizada.
Pantalla blanca de este circo humano donde se imprimen las esquizofrenias heteronormativas: ley, orden; natural, heterosexual; hombre, mujer; varón, hembra.
Fotografías a blanco y negro que se diluyen en el licor del silencio.
Las letras perforan sus manos ajadas y una lágrima subversiva se filtra entre sus huellas,
rompiendo la tinaja con el crepitar del reloj.
Ese amante vagabundo que se cuela por el tejado de tu voz.

Tu cuerpo determinado por la espuma del mar.
Castrado desde su pelvis.
Tu cuerpo, desperdigado por las plazas, triturado bajo las botas del tiempo. 
Instrumentalizado por las epistemologías de feria.
Ese ser indeterminado que pretendemos domesticar con nuestros puños y con el altavoz de
nuestros dogmas.
Cuerpos negros, blancos, mestizos, mulatos y zambos,
paraísos humanos del que fuimos desterrados por el mito de la razón.


Hugo Oquendo-Torres
Poética del cuerpo desnudo.
27 de Junio, 2011.