sábado, febrero 16, 2013

África



Su cabello de africana,
selva húmeda que se ha emancipado en el negro trópico.
Ella con su piel de arena se acuesta en la espuma del mar.
Mestiza olor a café,
olor a libertad.
Filosofía en la sabiduría femenina que se cuece en la cocina.
Yerbas, curatajes y sexo.
La madre recolectora de la verdad
con sus caderas amplias seduce bajo el agua a la vida.
Se moja aun debajo de la canoa.
Semilla que germina en el ombligo tatuado con lunares.
Ese espacio anónimo de tu cuerpo
que no aparece en los anales de la historia de tu piel,
es el boceto de este poema con sabor a piel sudada.






















Hugo Oquendo-Torres
Poética del cuerpo desnudo
29 de Octubre, 2012