jueves, enero 10, 2013

Tu bufanda.


Tengo tu bufanda y un beso gigante con sabor a fruta.  Ese que he soñado cada noche cuando mi canoa navega solitaria sobre la piel de la ciénaga nocturna.  Los mangles en la orilla junto a los caracoles dorados, son testigos mudos de este sueño claro azul.
La armónica entona la noche tatuada de estrellas y cantos fugaces, mientras chispea la fogata en brasas.  Aun cuando el límpido cielo sobre la sonrisa de nuestro mar se haya tornado gris, este sueño permanecerá leal en la rivera de este verso desprovisto de letras.

Tengo tu bufanda tejida en lana, también tengo cientos de semillas de árboles en mi mano para que sembremos un bosque en tu ensueño.  Tengo una canción envuelta en mi mano.  Te he recolectado atardeceres florecidos, las veces que he recorrido con los pies desnudos los caminos de mis poemas, para que se pongan como un jardín en tu cabellera silvestre.
En una botella naranja he depositado el canto de un zorzal.
Esperanza y miel.
Tomillo y canela.

Voy a robarte un beso cuando rías para que el mar llueva en mi pecho y borre las huellas en la playa que ha dejado la soledad.
Cuando caiga la lluvia, milagro de río, agua dulce, trueno de tambor, canto de palenque entonado en mi puerta, me abrigaré con tu bufanda.
Este beso caliente servido con manzanilla, te espera en la mesita de la aurora.
Sos un día libre en una tarde de sol.
Mantel con panecillos y café a las tres de la tarde, cuando cruza el tren de los sueños en mi voz.
Tu pie descalzo sobre la grama risueña, gime.
Con nuestras cabezas adosadas en el pasto, mirando fijamente hacia el hondo cielo, acuarela que se escurre ante nuestros rostros, rozaremos las yemas de nuestros dedos.
Las hojas de yarumo flotan sobre el lento cauce, aves resecas del verano que beben agua de noviembre.
Tengo tu bufanda y una canción envuelta en mi mano.







Hugo Oquendo-Torres
Poética de lo simple
25 de Diciembre, 2012