Me vuelvo un investigador secreto de mi casa vacía,
que husmea en el agujero de una huella.
Esculco en los escondrijos de mi locura.
Viejo harapiento que se esconde en el ángulo
perfecto de un rincón.
Luego expongo mi rostro a la verdad blanca de la
luna.
Mis ideas duermen bajo ranchos de zinc, ellas piden
paz en mi locura porque le tienen miedo a la sensatez.
¿Por qué me liberaste sueño de cuatro paredes?
Ser en una celda de letras.
Camino bajo la ilusión de no entender la razón para
no alienarme de mi demencia.
Me vuelvo un escarabajo que rastrea con su lengua
pequeña la humedad de las hojas, para probar el papel descompuesto y luego
cagar una poesía.
Hugo Oquendo-Torres
Poética de lo
simple
24 de Enero 2013