Esa esperanza violenta
que se teje en la mano del sin-nombre,
de
aquella que son testigos los cafetines,
de
aquella que deja escapar su mano
como un ahora fugaz.
como un ahora fugaz.
Que
se escurre
en las paredes manchadas por el tiempo,
en las paredes manchadas por el tiempo,
en
las nubes preñadas
de sueños hambrientos,
de sueños hambrientos,
donde
una palabra estrecha
se pudre en los libros.
se pudre en los libros.
Vuelan
los cuervos de abril.
Esa
esperanza violenta
que es la poesía,
que es la poesía,
fruto
de profanaciones febriles.
Vuelan
los cuervos de abril,
en el silencio
vibran las cuerdas de la noche.
en el silencio
vibran las cuerdas de la noche.